El
modelo cross –modal aplicado a
las Artes temporales
Silvia Malbrán
Las artes como mundos simbólicos comparten con
la audiencia imaginarios colectivos
expresados mediante contenidos visuales, verbales, sonoros, y kinéticos.
Para ello se valen de representaciones que se despliegan en el espacio y en el
tiempo. Así están las que utilizan el
espacio “aparentemente congelado” y
el tiempo como ilusión metafórica: tal es el caso de las artes visuales en su
modalidad tradicional ya que las instalaciones y les estructuras móviles
muestran incidencias temporales; otras se
despliegan en el tiempo como la música, aunque el espacio es una dimensión generalmente
subyacente (excepción hecha de la música electroacústica) y por
último aquellas que conjugan tiempo y
espacio: danza y film[1]. Es
de vieja data la historia de las producciones artísticas que reúnen diferentes
formas de arte: música y danza; música y teatro; música y títeres; música y
film. Las realizaciones que se
desenvuelven en el tiempo real – aquí y ahora- comparten la categoría de artes temporales.
En el contexto del trabajo se ha preferido
utilizar la denominación inglesa cross
modal ya que la traducción al castellano modalidad cruzada puede dar lugar a malos entendidos. El vocablo
modalidad en la teoría musical alude a los diferentes modos de la tradición musical occidental, mayores/menores,
gregorianos, exóticos, artificiales, entre otros. Asimismo el concepto de
cruzamiento remite a las estructuras musicales que en simultáneo cruzan diferentes estructuras métricas,
como por ejemplo los compases 6/8 – 3 /4 (Malbrán, 2007).
En el modelo cross modal la modalidad alude a la integración de
entradas sensoriales diferentes con sus respectivas percepciones (auditivas,
visuales, kinéticas) y el cruzamiento
remite a la cooperación neuronal producida por la entrada de estímulos
multimodales.
Percibimos el mundo a través de
los sentidos. Exploramos el ambiente con nuestro cuerpo y nuestros sentidos a
través de elaborados mecanismos de ida y vuelta entre el aparato sensorial, el
aparato motor y la información temporal.
Las relaciones de comunicación entre las personas requieren
la integración y coordinación de estímulos recibidos por diferentes vías
sensitivas. Un caso típico se produce cuando, en una reunión social muy ruidosa
es dificultoso entender lo que habla la persona con quien estamos departiendo.
En tal situación el movimiento de los
labios es importante ayuda para entender
el mensaje del hablante.
Así también es fácil advertir cuando un bailarín “desacompasa” con la música o con el resto de
los bailarines o cuando hace una entrada tarde. Los puntos de conjunción entre los acentos y pautas temporales de una forma de expresión
artística con otra, se vinculan o enlazan entre ellos, por eso se habla de lazos de
conexión cross- modal. Dos realizaciones son congruentes cuando los puntos
de unión coinciden en el tiempo.
La investigación en Psicología Cognitiva ha mostrado que el
cerebro -de manera involuntaria- reconoce dichos lazos entre información
presentada por dominios sensoriales
complementarios. Dichos lazos conectivos son de gran influencia en la percepción
integral y sugieren importantes implicaciones para los
mecanismos de atención selectiva al comprometer sinergias espaciales en el procesamiento atencional de información cruzada entre modalidades
sensoriales (Wood,1998).
Hay
acuerdo general en que la percepción multimodal es mucho más que una serie de
experiencias sensoriales independientes, ya que es incorporada como un
interjuego de impresiones distintas a través de las cuales los componentes
sensoriales son sutilmente alterados por una integración mutua. Esta reunión de percepciones da como resultado un estímulo complejo a partir del cual la mente construye un nuevo percepto como resultado de la
conjunción de un estímulo focal más todas las informaciones concurrentes (Stein
y Meredith, 1993[2]; Deneuve
y Pouget, 2004).
La conjunción entre música /sonido y acción, es
característica de diversas culturas (Cross, 1999); en tal sentido se ha visto
que la mayor congruencia es en el campo de las artes temporales.
Las expresiones artísticas de conjunción
(teatro/música, danza/música, film/música) cuando obtienen un eficaz arreglo en
el tiempo, pasan a integrarse en una
única y nueva fusión. Una entrada de
información multidimensional (input) genera
una salida unidimensional (output).
Los investigadores coinciden en señalar la correspon-dencia de estos mecanismos
con el efecto McGurk[3]. En
un ilustrativo estudio los autores observaron que si en la escena una persona
dice la sílaba ba y se aparea con un track de sonido que
articula la sílaba ga para los
espectadores el resultado es una
conjunción de ambas entradas de información y creen que la sílaba que han
escuchado es da u otra no coincidente
con la información visual y auditiva recibida. La significación de tal estudio es de gran importancia: cuando se
presenta información simultánea proveniente de un estímulo visual y otro
auditivo la experiencia deriva en una nueva audiovisión considerada óptima, ya
que se conjuga en un nuevo producto fruto de la asociación intermodal. A esto
los autores lo llaman “captura” Será captura auditiva” si el estímulo visual
eclipsa o comanda al estímulo auditivo y será captura visual si el estímulo
auditivo captura al visual (Mc Gurk y Mac Donald, 1976)[4].
Componentes
biológicos
Las Neurociencias en plena expansión y con la aplicación de
técnicas de lectura de imágenes cerebrales, muestran que si bien los estímulos
auditivos, visuales, táctiles y corporales se alojan en diferentes partes
cerebrales, estas actúan en cooperación.
Desarrollos de comienzos del siglo XXI mostraron
la existencia de neuronas tri-modales -audio- viso- motoras- en la corteza pre-frontal del cortex (Kohler
et al. 2000)[5], por ello se considera que los diversos
mecanismos de integración multimodal resultan un aspecto crucial de la investigación sobre neuro- cognición.
Rollins, (2005) observó que las
interacciones entre sistemas sensoriales son mediadas por neuronas
polisensoriales de alto orden, las que incrementan
su actividad por las interacciones
crosmodales. Stein y Meredith[6]
(1993) registraron la presencia de neuronas multi-sensoriales en diversas áreas
cerebrales, las cuales convergen dentro y a través de información multimodal.
Estas áreas responden máximamente a las interacciones de los estímulos a través
de más de una modalidad. Desde esta perspectiva los datos sensoriales múltiples
no solamente son integrados sino también reseteados, produciendo una amplia
transformación que va mucho más allá de la suma de las partes componentes.
La integración multisensorial combina información
proveniente de diferentes modalidades sensoriales para alcanzar una más precisa representación del entorno y del propio
cuerpo. Cada modalidad sensorial usa un diferente formato para codificar
las mismas propiedades del ambiente y del cuerpo. Esto es, cada una de
ellas usa su propio lenguaje, sin
embargo la información entre modalidades distintas necesita recurrir a
mecanismos de traducción de cada lenguaje. Para combinar estas respuestas
sensoriales diferentes, el cerebro tiene en cuenta la postura y los movimientos
del cuerpo en el espacio.
Deneve y Pouget (2004) comprobaron en un estudio, que la
información sensorial proveniente de diferentes modalidades pero originada en un mismo lugar del espacio,
genera un intercambio neuronal que depende de la postura corporal, lo que
sugiere i) la existencia de un lazo de unión y ii) un mecanismo de traslación entre
las representaciones espaciales provenientes de diferentes sistemas sensoriales.
Los autores observaron que la
posición de objetos se codifica en
diferentes centros cerebrales; un cambio en la posición de los ojos,
en los movimientos del cuerpo en el
espacio o en la postura corporal produce un cambio en la codificación de los datos visuales / auditivos /
táctiles/ generando respuestas neurales
diferentes a las registradas antes del cambio de posición.
Según Reybrouck (2005), la música
es escuchada y “enactivada” más que
meramente imaginada o representada. Aún en los casos en que no es producida por
el sujeto, le genera una suerte de resonancia ideomotora dando lugar a una experiencia con el sonido como si hubiera estado comprometido en su producción.
Esto indica que la intención de la acción es tan movilizadora como el comportamiento manifiesto. El autor
lo explica como fenómeno endógeno
localizado en el sistema nervioso central: un componente motor hace que las
mismas áreas cerebrales que son activadas en la acción sean activadas cuando
son solamente imaginadas o vistas (neuronas espejo). Concluye en que si bien no
toda percepción puede reducirse a componentes motores, ellos están siempre comprometidos y son parte integral de la percepción; a la imagen virtual así
conformada en la mente la denomina simulación
ideomotora.
Sintetizando, en términos biológicos la integración
multimodal i) resulta un aspecto crucial de la investigación sobre neuro-
cognición; ii) es una vía de incremento de la actividad neuronal; iii) se codifica en diferentes centros cerebrales
generando una precisa representación del entorno y del
propio cuerpo; iv) genera
comportamientos neurales en presencia de estímulos reales o virtuales bajo la
forma de simulación ideomotora.
Componentes Psicológicos
La ejecución musical, el cine, el teatro y la danza
comprometen experiencias multi-sensoriales en las cuales los estímulos sonoros
y visuales interactúan con el tiempo. Todas ellas como interacciones
típicamente cross-modal, desencadenan procesos mentales subyacentes que son de central importancia para la
comprensión de las relaciones entre los sentidos, la organización perceptual y
el modo en el cual las representaciones del mundo son configuradas (Vines et
al. 2006)
Según Sloboda (1985) en base a los
principios de la Gestalt
los espectadores tienden a construir asociaciones
entre percepciones coincidentes en el tiempo.
Un análisis comparado de
actuaciones en diferentes expresiones artísticas muestra que las artes
temporales comparten formas de “dicción” organizadas en patrones regulares; por
ello es que los espectadores emiten juicios que aúnan percepciones de la acción
y de la música. Es frecuente escuchar comentarios tales como “la escena es tan
lenta como la música de fondo”, “en el video-clip las sucesivas tomas van con la
música, y por eso resultan tan rápidas” “la música es la que impone los
cambios bruscos de velocidad de los
bailarines”. En todos estos casos se está aludiendo al apareamiento temporal entre los niveles temporales de la música y
los de la acción (Mitchel y Gallear,2001; Hodgins 1992)[7].
Estudios
realizados con bebés arrojaron evidencia acerca de que la percepción infantil es cross modal; hay
acuerdo entre los psicólogos en que la percepción visual-auditiva intermodal está presente desde los primeros meses de
vida y aún más temprano (Lipscomb, 1999). Un registro anecdótico frecuente es que
los padres expresan “el bebe es muy curioso, siempre está atendiendo a varias
cosas a la vez.; mientras juega con sus juguetes está escuchando lo que
nosotros hablamos”. Esto es, creen que es una respuesta diferente y personal de
su niño, cuando en realidad se trata de un modo de percepción del mundo en el
primer año de vida; dicho conocimiento de elementos diferentes que confluyen
temporalmente, se denomina congruencia
cognitiva. Las producciones infantiles son también congruentes: mientras el
niño desplaza el coche de juguete imita el sonido del motor. Los estudios muestran que en el primer año de vida los
niños y niñas, conjugan un sentido
intermodal de su propio cuerpo y un sentido de auto-agencia, esto es, que
controlan y monitorean su actividad para explorarse a si mismos y para explorar
el mundo (Schmukler, Jewell, 2007; Malbrán y Menéndez,2009).
Diversas líneas de investigación,
dan cuenta de que la información conjunta proveniente de diferentes canales
sensoriales, influencia nuestros juicios
interpretativos (Cohen, 2005; Fogelsanger y Afanador,2006).
Las variadas formas de integración sensorial cross-modal potencian
la eficacia comunicacional según el
grado de congruencia entre las diferentes vías expresivas puestas en juego
(Vines et al., 2006).
Otros trabajos dan cuenta de
que la emoción del espectador se incrementa cuando música y acción son
congruentes en términos de contenido emocional (Cohen, 2001, 2005; Fogelsanger, A. y Afanador, K., 2006; Parke et al. 2007; Forde Thompson et al, 2006). Sin embargo hay acuerdo
general en que una de las formas privilegiadas de acuerdo entre dominios es
cuando comparten patrones de acentos temporales.
Este breve resumen da cuenta de las importantes relaciones
psicológicas puestas en juego en las interacciones cross modal: recuperación de
procesos mentales subyacentes, congruencia entre funciones cognitivas, mayor consistencia en los juicios interpretativos, incremento de la
eficacia comunicacional y de la emoción, asociaciones entre percepciones y datos
temporales, entre otras.
Integración
cross modal: música y artes del espectáculo
El aporte del sonido y la música a la trama fílmica no
necesita ser justificado; basta con reflexionar sobre el giro comunicacional y emocional que significó la aparición del
cine sonoro. En el caso de la
unión entre música y film se ponen en juego
mecanismos mentales que proceden tanto de los datos a la estructura como
de la estructura a los datos, mecanismos basados en el agrupamiento
perceptual, visual y auditivo (Cohen, 2001, Lerdahl y Jackendoff, 1983/2003). Varios experimentos han comprobado el incremento de la inteligibilidad del lenguaje cuando la cara del que habla es vista en lugar
de ser solamente escuchada, ya que los movimientos del cuerpo ponen en
evidencia variedad de actitudes e ilustran diversos estados mentales (Vines et
al. 2006).
Para Laurienti et al. (2004) la congruencia entre semántica y actuación es un factor crítico en las
performances de integración
multi-sensorial; esta afirmación sugiere el rol del lenguaje
“corporizado” en la comprensión de la actuación teatral y fílmica (Reybrouck,
2005).
Según Cohen (2001) la música de film como forma de
transmisión de la cultura, sirve a la función narrativa y se codifica en un
canal de procesamiento bidimensional
dado que la música del film aparea y reúne la información visual y emocional.
La autora considera a la música un modo de expresión poderoso para alcanzar un sentimiento tan
abstracto como el de la emoción; del mismo modo la pantalla resulta importante
para representar el objeto al cual la emoción es dirigida, por ello propone un
modelo de “congruencia asociativa”.
Se ha visto que los principios de integración y
congruencia estructural son coadyuvantes
para la interpretación de la trama. El éxito de la integración entre música y argumento/guión es dependiente de la congruencia en el
cruzamiento de ambas narrativas (Cohen, 2005). Deneuve y Pouget. (2004) amplían
los bienes de la integración multisensorial en el film: extienden sus
beneficios a otros comportamientos tales como profundidad en la percepción,
discriminación en la acción, comprensión del lenguaje e identificación del
objeto, asuntos todos ellos que soportan la concepción de una teoría general de la percepción.
Las investigaciones han mostrado que el espectador recibe
del cine una estimulación multisensorial, que a través de la narrativa
visual le permite relacionar su historia
personal y explorar nuevas experiencias. Los espectadores utilizan esquemas pre-existentes, los aplican al film y crean nuevos
esquemas coincidentes con la temática argumental (Cohen,2005).
Boltz (2001) observó que los juicios de los espectadores sobre
acciones dramáticas variaban según las características de la música. A los
sujetos participantes del estudio se les mostró una escena nocturna en la cual
un hombre seguía a una mujer por la ciudad. Cuando la música asignada a la
escena resultaba dramática para los espectadores, la acción era interpretada
como peligro de muerte; la misma escena
acompañada por música considerada romántica, era interpretada como un romance
en ciernes, con valencia altamente positiva. Los resultados permitieron concluir
en que la música actúa como un esquema, es un marco interpretativo y vínculo emocional en el
procesamiento de estímulos visuales. Así también la música otorga significación
a escenas ambiguas o a diversos roles sociales,
mantiene el estado de atención y alerta y es un eficaz predictor de la
trama.
Sintetizando, la integración multisensorial en las artes
del espectáculo i) incrementa la
inteligibilidad del lenguaje; ii) ayuda a la comprensión de la trama en tiempo
real por la congruencia semántica y asociativa; iii) sugiere la necesidad de
una nueva teoría de la percepción, y iv)
contribuye a la recuperación y construcción de nuevos esquemas al relacionar la
historia personal con la historia de ficción
Integración
cross modal: Música y danza
La investigación musical frecuentemente ha postulado que el
procesamiento de la música, como dominio específico, es un fenómeno puramente
auditivo que funciona independientemente de otras modalidades. Sin embargo Wood
(1998) ha desafiado esta presunción, por considerar que la música y las artes
del tiempo son experiencias fisiológicamente
mediadas y situadas que aúnan componentes visuales y corporales
concurrentes con los sonidos; por ejemplo la actuación de un director de
orquesta, de un conjunto de danza o de un grupo de rock.
La danza en conjunción con la
música presenta una larga historia a través de las diversas culturas del mundo;
su potencial aporte como forma de cohesión social, entretenimiento e identidad
cultural forma parte de la historia de la danza. Un trabajo de Fogelsanger y
Afanador (2006) consistió en un estudio realizado por los autores (uno es
coreógrafo y otro compositor). Analizaron diversas características de la
integración música-danza. Concluyeron en que el atributo relevante es la congruencia, entendida como el acuerdo
entre la sucesión de eventos de la música y los de la coreografía. Por ello consignan una lista de paralelos entre:
i) el pulso/ ritmo de la música y el del movimiento o ii) el movimiento y otros aspectos
temporales estructurales que no son el pulso y iii) análogas cualidades cross-
modal (...).
Diversos trabajos han estudiado la
manera en que la danza y el movimiento
corporal pueden reflejar las propiedades
estructurales y expresivas de la música (Krumhansl y Schenck, 1997). Estos
autores consideran que la congruencia cross modal favorece la percepción de
similitudes y alineamientos entre las dos modalidades (danza y música). En un
experimento mostraron que la integración
auditiva y visual de una actuación de ballet, al compartir información estructural
y contenido emocional, generaron en el espectador respuestas “fundidas” basadas en la conjunción música -movimiento.
Los resultados del trabajo empírico mostraron que los participantes alinearon la
segmentación del fraseo con la del componente visual, lo que induciría a pensar
que utilizaron un alto nivel de procesamiento
perceptivo de los patrones de movimiento. Por ello los autores señalan como factor de peso la correspondencia temporal entre los
eventos musicales y el movimiento del cuerpo, como así también la correlación entre contornos del
movimiento corporal y del fraseo. El estudio permitió observar que la
conjunción intermodal aporta a la
emoción, basándose en la tensión y
clarifica la estructura, basándose en el fraseo.
Un
importante aporte acerca de la multifacética experiencia musical es el de Reybrouck (2005). Como paradigma
epistemológico adopta una visión procesual de la relación entre la música, el
cuerpo y la cognición experiencial.
Para ello propone un modelo adaptativo general
de base biológica y cognitiva atendiendo conjuntamente al cuerpo,
la mente y la música. Sus fundamentos toman en cuenta los trabajos de Lakoff y
Johnson, (1999) y las teorías que conciben
a la cognición como una actividad estructurada
por el cuerpo en un entorno de naturaleza biológica, psicológica y cultural (Bruner, 1986; Cole, 1996). El
autor propone una hipótesis corporizada en
que la percepción es entendida como acción guiada por los sentidos y los
procesos sensoriales y motores como componentes estructurados, inseparables
y mutuamente informativos. Estas condiciones
son las que permiten a las personas explorar el ambiente con el cuerpo y los
sentidos, en un ir y venir de entradas multisensoriales y experiencias corporales. Así también se han
observado elaborados mecanismos de retroalimentación -feedback- entre el aparato sensorial, el aparato motor e
información temporal apareada con imágenes motoras. Para Fogelsanger y
Afanador, (2006) congruencia, captura y movimiento virtual son los tres atributos claves de la relación
música – danza.
Vines, et al (2005) consideraron que acciones frecuentes en
la escena tales como mover la cabeza, levantar las cejas y otros gestos
posturales, cuando convergen temporalmente con la música comparten un significativo
monto de información y por ello actúan como disparadores que refuerzan,
anticipan o aumentan, la señal auditiva. Los autores los consideran gestos para-lingüísticos.
Sintetizando,
las relaciones música-danza comparten los siguientes atributos: i) ponen en
marcha acciones fisiológicamente mediadas y situadas; ii) demandan congruencia entre modalidades temporales y
perceptivas iii) correlacionan contornos corporales y de fraseo musical; iv) implican
formas de cognición experiencial y v) se valen de gestos para-lingüísticos.
Para concluir: La música y las artes relacionadas pueden
ser construidas como sistemas de interacción afectiva y pensamiento reflexivo.
Un beneficio adicional es que cuando música y acción son congruentes
incrementan la emoción del espectador.
El rasgo dominante del siglo
XXI es el cambio de paradigma en los estilos de comunicación entre las
personas. Los recitales, las presentaciones académicas, las propuestas
políticas, los blogs de grupos afines, son presentados con recursos multimedia.
Esto es, vivimos inmersos en manifestaciones cross- modal. Si la enseñanza se
nutre de esta realidad que nos rodea, las propuestas educativas tienen la
palabra.
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Recuperado el 28/08/2008
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