jueves, 17 de septiembre de 2015

Los avances científicos y la educación artística: un tema para la reflexión

Los avances científicos y la educación artística: un tema para la reflexión
Dra. Silvia Malbrán                                                                                                  Universidad de de Buenos Aires                                                                              Universidad de La Plata                                                                                                  Argentina
Introducción
La concepción de una educación artística para todos debiera merecer un lugar de privilegio en la escuela de los próximos decenios. Si bien en general, este deseo forma parte de diversas propuestas curriculares, en la práctica se ha visto desvirtuado de diversos modos. La indefinición se advierte en varios niveles: ocupa un lugar desdibujado en el programa académico, se considera de menor importancia que otras asignaturas más “operativas” como la informática o inglés y de escaso aporte para alcanzar cogniciones de alto nivel, se justifica el desdeño del área al considerar que los maestros de arte resultan poco efectivos para la tarea,  entre otras. Probablemente no se ha tomado suficientemente en cuenta el poco gasto que se ha hecho en el área. Tal gasto, en realidad, debiera ser considerado una inversión que demanda poner en juego una educación integral basada en los aportes de la ciencia y en  la configuración de un perfil de estudiante dotado de herramientas versátiles para la vida, algunas de ellas solamente posibles de ser proporcionadas por las disciplinas creativas (Wright, 2002). Tal ideario necesitaría estar acompañado por un entorno apropiado para las experiencias, por el arbitrio de equipamiento específico y por la concomitante preparación y actualización en servicio de los maestros de la especialidad.
 Estado actual y prospectiva
Las dificultades para que las artes ocupen un lugar de importancia en la escuela son de diversa índole . A continuación se detallan algunas
* La concepción de los fines y metas: el desarrollo de las potencialidades artísticas de los estudiantes de una escuela abierta para todos, forma parte del derecho a la educación. Se trata de modelar degustadores artísticos que hayan tenido la posibilidad de acceder a prácticas concretas con los lenguajes artísticos, degustación asentada en la autoconfianza y en la autoestima. Las prácticas provechosas son las que permiten a los estudiantes elegir lo que prefieren en lugar de lo que les imponen los medios de comunicación,  ponderar ciertos productos y desechar otros por comprender lo que perciben y sentirse aptos para manejar criterios apropiados de selección. Tales desarrollos imponen la generación de una nueva pedagogía para el arte en la escuela, diferente en sus fines y contenidos a los de la formación artística especializada. Hay auditores calificados que desconocen la diferencia entre la negra y la corchea, avezados espectadores pictóricos que no pueden dibujar una imagen en perspectiva, cinéfilos que jamás manejaron las luces de una filmación casera, sin embargo participan de acontecimientos artísticos tanto en calidad de actores como de público “entendido” (Malbrán, 2010 a, 2010b). Esa nueva pedagogía aún no ha sido formulada.         
* La selección de los contenidos de enseñanza: en general, los contenidos de enseñanza para la escuela, son similares a los propuestos para los primeros pasos en el conservatorio o en la escuela de artes visuales. Es decir, se enseña lo mismo pero “facilitado”. Este error de concepción ha generado fracasos académicos,  falta de interés y la no adhesión de los estudiantes. Se trata de partir de la realidad de los estudiantes y de los productos artísticos de la hora actual, gran parte de los cuales por su accesibilidad, forman parte de los consumos de niños y jóvenes, de generar experiencias de participación gustosa que permitan aprender por el hacer, para lo cual se hace necesario seleccionar contenidos apropiados para los destinatarios (Malbrán y García Malbrán, 2011 a, b, c).
* Las estrategias de enseñanza: En cuanto al repertorio, podemos preguntarnos al respecto: ¿cómo puede ser que algunos de los productos que usan diversidad de estilos artísticos del pasado y del presente,  resulten  cautivantes para personas aparentemente no iniciadas?                                                                                                                                                                      En cuanto a las acciones y prácticas en el aula ¿Es entendible que los jóvenes canten y silben las melodías que escuchan en los videoclips, bailen y armen coreografías en la disco, escuchen con atención el tratamiento musical que hace un conjunto de rock en la base del bajo eléctrico o la batería, que operen con programas informáticos que les permiten animar y musicalizar escenas  e iguales comportamientos no formen parte de la experiencia en la escuela?                                                                                                                                                                 En cuanto a la integración e interacción socio emocional, si en recitales y en las disco los jóvenes participan con otros de su edad -desconocidos hasta el momento- y pueden compartir con ellos juegos rítmicos, canto colectivo, recitados reggae, coreografías ¿no debiera formar parte del interés de la escuela utilizar la música, la danza, el cine y el juego dramático como vías de integración social, emoción compartida y placer por la tarea misma?       
  *La configuración del perfil docente. El maestro de arte en la escuela necesita ser un actor, un performer, un plástico, un bailarín… No en el sentido estricto, sino en el sentido de la persona que conoce el hacer, que puede guiar al inexperto, que no teme “introducir la mano en la olla”. Un maestro de arte ante los productos de los estudiantes puede hacer comentarios tales como “podrían probar una secuencia de pasos que acuerde mejor con la música”, “creo que en el estribillo se producen desfasajes entre la música y la imagen ¿podrían revisarlo?”; “la escena callejera resulta poco clara, la pulsación regular de la música entra en contradicción con los saltos visuales de la cámara y esto no ayuda a entender la trama” Es decir, estamos hablando de un orientador experto, para lo cual se hace necesario un maestro de arte que haga y consuma arte.                                                                                            Nos preguntamos: el sistema ¿lo puede proveer?. Lo imperioso es conocer a qué tipo de perfil hay que acudir para mejorar la calidad de la enseñanza. Conociendo la meta, es posible articular el proceso para alcanzarla.       
*La relación maestro alumno. Los maestros de arte necesitan saber usar los avances tecnológicos básicos de manera eficaz y además aceptar ser auxiliados por sus alumnos. Tal decisión cambia los roles de manera similar a los cambios que se han producido en el seno familiar: los padres de hoy son auxiliados por sus hijos y aún –como en mi caso- por los nietos. El auxilio de la nueva generación no implica la baja de la autoestima del adulto, ayuda a una interacción saludable basada en la realidad de los hechos y permite poner a disposición de los estudiantes en el aula, productos artísticos para ver, escuchar, analizar y producir desde diferentes perspectivas, pensando y actuando en conjunto.                                                                                                                    Los maestros de arte conocen cosas que los jóvenes no saben: pueden conjugar la práctica personal artística con la reflexión sobre los resultados,  cuentan con herramientas de análisis que los jóvenes no tienen, tienen acceso a conocimientos y fundamentos a que los estudiantes desconocen pero, necesitan la ayuda de sus alumnos para manejar conexiones, recursos de pantalla, revisar los dispositivos entre aparatos y muchas otras habilidades más. La certeza de lo que los maestros saben y  la sinceridad respecto de lo que no manejan eficazmente como así también la aceptación de buen grado de la ayuda juvenil en la clase, es un acto de modestia, cualidad que acerca y borra fronteras entre las personas, particularmente entre quienes pertenecen a diferentes generaciones.                            Es hora de declarar que la tiza y la pizarra han muerto; se necesitan otros artefactos. Instrumentos, aparatos tecnológicos de grabación y reproducción, cámaras para filmación, materiales para la producción pictórica, escenográfica, salas para la danza. En una palabra el aula remeda la realidad de la producción artística, no la explica con palabras, ni con exposiciones orales de historia de la música o del arte, ni con el listado de datos en la pizarra (en general condenados al olvido).                                                                                                                  La contribución de los maestros de hoy es de otro carácter, se trata de crear un ambiente similar a los talleres de arte visual con las manos sucias, a las tablas para jugar la escena, a las salas de danza para probar coreografías a las bandas de garaje para hacer rock o reggae. Así también parangonar los estudios de grabación con micrófonos, cables y los múltiples recaudos para preservar la fidelidad o reunirse post clase para la post producción. Estos contenidos parecieran no escolares, sin embargo, describen el mundo extra-escolar  de los jóvenes; si la escuela pretende preparar para la vida, es imperioso que pueda partir de la realidad que ellos viven para edificar sobre ella sus metas más ambiciosas.                                                                                                              Cuando los preadolescentes y los adolescentes disfrutan y desean que llegue el día de la clase de arte, el universo se ha ganado. Con adhesión se puede proponer cualquier repertorio e impulsar las más variadas prácticas. Sin adhesión, es preferible que los jóvenes no tengan arte en la escuela, dado que es más perjudicial que asistan a experiencias que consideran aburridas y sin sentido (lo que genera el descrédito y el sentimiento de “ajenidad” del arte) a que no conozcan la visión “escolar” del arte, que puede tener más de escolar que de arte.                                                                                        Los considerandos precedentes podrían hacer pensar que para llevar a cabo estas propuestas los maestros necesitarán realizar un giro radical en su modalidad de enseñanza, por ende, que resulta imposible de aplicar… La clave está en la formación en servicio: se trata de diagramar programas de desarrollo de los maestros de arte basados en el hacer para la comprensión. Formar maestros es más que declamar principios y teorías. Las teorías iluminan y regocijan nuestra alma cuando nos ayudan a fundamentar lo que hacemos.                                                                                                              
Las nuevas concepciones
En el medio científico hay acuerdo general en que la cognición en artes es experiencial   y que implica una apropiación y penetración mediada cognitivamente por la experiencia personal. Nuestra mente es constructora activa de la realidad y la refleja  (Reybrouck, 2005; Dissanayake, 2003).                                    
En esta construcción intervienen tanto factores innatos como aprendidos. Uno de los rasgos propios del ser humano es la forma en que la mente -para economizar esfuerzo y retener información- agrupa la información entrante, poniendo lo que es similar o idéntico en un “paquete” y dejando al margen  lo que es diferente. Este principio se fundamenta en la Teoría del Agrupamiento basada en la Psicología de la Gestalt y se constituye en un fundamento importante para la percepción artística (Lerdahl y Jackendof,1983). Un dato importante es que  la información entrante se suma a la información previa proveniente de experiencias anteriores y  alojada en la memoria. Esta ida y vuelta de lo que percibimos da cuenta del enorme papel que juega la enculturación en nuestras percepciones (DeNora, 2000).
Los perceptos que entran en nuestro campo perceptivo se alojan en una “caja registradora” organizada. La Psicología Cognitiva ha mostrado que
ü  la información se codifica en un sistema de relaciones en el cual los elementos más inclusores - de orden supra-ordinal- contienen y subsumen a los menos inclusores - de orden subordinal-, es decir, nuestra mente conforma estructuras jerárquicas (por ejemplo, reino animal, mamífero, perro);   
ü  los datos que percibimos resultan de dispar importancia ya que filtramos los de menor  interés dejándolos fuera de nuestra consideración y alojamos /retenemos los componentes de mayor saliencia perceptiva;
ü  la organización y distribución temporal, es un componente estructural fundamental para la percepción de diferentes hechos y particularmente para dar cohesión a las “narrativas” de las artes performativas.
Los avances científicos de los últimos tiempos han significado un aporte insospechado para las artes: las técnicas de lectura de imágenes han permitido mostrar el comportamiento cerebral en la percepción de eventos y en la ejecución de acciones. Las Neurociencias han generado un giro importante en diversas concepciones muy arraigadas en la tradición pedagógica y que a la luz de sus avances se necesita revisar. El cerebro ahora es visto como un procesador multisensorial en el que la percepción proporcionada por diferentes sentidos se complementan, modulan e interactúan entre sí; para ello cuenta con sensores periféricos (receptores sensoriales) que son sensibles a diferentes formas de energía (señales).                         
Tradicionalmente se creía que el procesamiento multisensorial se llevaba a cabo en módulos especializados, los avances muestran que los sentidos se influencian mutuamente en diferentes niveles de la corteza cerebral.                                                        Se ha visto que la información que recibimos por diferentes vías sensoriales (vista, oído) cuando una performance pone en juego  localizaciones espaciales y de movimiento coincidentes temporalmente,   provoca  diferentes comportamientos cerebrales. Lo más importante es que pone en acción diferentes neuronas a que si la entrada sensorial se hubiera producido por un solo canal. Estas neuronas denominadas multimodales tienen funciones específicas y responden a particulares cualidades de los estímulos. Las nuevas visiones científicas permiten analizar la educación artística desde una nueva perspectiva ya que las Artes temporales ponen en juego integraciones multisensoriales y relaciones de cruce entre diferentes modalidades sensoriales. Por ello se habla de
·         Integración multi-sensorial: por ejemplo en una danza los sonidos organizados  de la pieza de música (estímulos auditivos ) entran a nuestro campo perceptivo en simultaneidad con la ubicación del movimiento en el espacio (estímulo espacial) y con la secuencia de movimientos (estímulo kinético) , conjunción que aporta a la comprensión del producto y a la adhesión emocional por el contenido.
·         modalidad cruzada debido al alineamiento temporal entre los acentos (melódicos, rítmicos y estructurales) de la música con los de la danza, los del gesto o del juego dramático. Para que exista cruzamiento entre modalidades sensoriales diferentes se impone la congruencia entre micro y macro estructuras de realizaciones artísticas diferentes.
Esta concordancia entre datos sensoriales implica una congruencia entre la sintaxis discursiva y estructural de dos o más realizaciones artísticas simultáneas en términos de su alineamiento temporal, formal, estructural y emocional. Las prescripciones precedentes como condiciones  para que  realizaciones artísticas  puedan ser consideradas cross modales pareciera  ser el resultado de especulaciones teóricas. Basta para descalificar tal afirmación la consulta a productos multimedia  que son el resultado de artistas que pueden comprender paso a paso  una producción artística en términos del análisis pormenorizado de su sintaxis, lo que les permite producir una performance entre disciplinas (danza, juego dramático, film) con integración sensorial y alta congruencia crossmodal.                                                                                                                                      Producciones artísticas que ejemplifican acabadamente estos principios son por ejemplo las realizadas por Charles Chaplin en “El gran dictador” en la escena del barbero; Argumento para la Vta Sinfonía de Beethoven realizado por Sid Cesar y Nanette Fabray en la década del 50, la producción de malabares de Bill Gleiis con extractos de canciones de Los Beatles o las magníficas coreografías de Uwe Scholz.  
Annabel Cohen (2000,2001, 2005) autora de importantes estudios relativos a las relaciones música-film y al modelo crossmodal, considera que la masa crítica acumulada permite avizorar una futura Psicología de la Multimedia y que las artes son experiencias holísticas sintéticas, no sustituibles por otras disciplinas. 
Los sustentos y aportes científicos y los productos artísticos disponibles sugieren ciertas vías de trabajo para el aula, ya que gran parte de los consumos de los jóvenes son muestras de integración multisensorial y cross- modalidad[1]. Los intentos curriculares de integrar las artes en general han propuesto relaciones temáticas o de contenido (por ejemplo textura en música y en plástica); esta propuesta alude a otro tipo de integración, la proveniente del encuentro sintáctico entre las artes temporales, que cuando se produce incrementa la comprensión y la emoción del perceptor.  
Referencias
Cohen, A. (2000) Film music. Perspectives from Cognitive Psychology. En   J. Buhler, C.Flinn y D. Neumeyer (eds.). Music and Cinema. Hannover:   University Press.
Cohen, A. (2001) Music as source of emotion in film. En P. Juslin, y J. Sloboda               (eds.). Music and Emotion. Theory and Research. Oxford: University Press.
Cohen, A. (2005) How music influences film and video: Approaches from                 experimental  Psychology. En R. Kendall, y R. Sabage (eds.).Perspectives  in Sistematic Musicology California: University Press.
DeNora, T. (2000). Music in everyday life. Cambridge: University Press
Dissanayake, E. (1995/2003). The core of art: making special. Journal of the           Canadian Association for Curriculum Studies. Volume 1. Number 2. Fall 2003
Lerdahl y Jackendof (1983) A generative Theory of Tonal Music. Cambridge, Massachusets: The MIT Press.
Malbrán, S. (2010a). El modelo cross modal aplicado a las artes temporales. En             M.E. Riaño Galán y M. Díaz Voz, cuerpo y acción. Un espacio para la             música. Santander: Publican
Malbrán, S. (2010b). Sonido y música en el arte de la imagen. En M.E.Riaño                                                                                                                                                                                 Galán y  M. Díaz Voz, cuerpo y acción. Un espacio para la música. Santander: Publican
Malbrán, S. y García Malbrán, E. (2011a). Lenguaje Musical y Didáctica: Sonido y          estructura sonora. En M.E. Riaño y M.Díaz. Fundamentos musicales y          didácticos en Educación Infantil. Santander: PUbliCan
Malbrán, S. y García Malbrán, E. (2011b). Lenguaje Musical y Didáctica: Tiempo y          estructura métrica. En M.E. Riaño y M.Díaz. Fundamentos musicales y          didácticos en Educación Infantil. Santander: PUbliCan
Malbrán, S. y García Malbrán, E. (2011c). Lenguaje Musical y Didáctica: Melodía y          estructura musical. En M.E. Riaño y M.Díaz. Fundamentos musicales y          didácticos en Educación Infantil. Santander: PUbliCan
Reybrouck,M. (2005). Body, mind, music: musical semantics between experiential          cognition and cognitive economy. Transcultural Music. Review 9
Wright, S. (2002). Multimodality in a new key: the significance of arts in research and education.



[1] Por ejemplo “Around the world” en la que los pasos de los bailarines y la coreografía han sido elegidos en congruencia con la música.

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