Ciencia, arte y tecnología. Hacia una concepción
multidisciplinar Vol. 1,
Buenos Aires, EDUNLa. / Edición 2015. En prensa
LA MÚSICA EN LA MENTE: UNA VISIÓN DE LA CREATIVIDAD
Silvia Malbrán
UBA Facultad de Filosofía y Letras. Departamento de
Artes.
La
creatividad ha sido abordada desde diferentes enfoques. Esta presentación hará
referencia al comportamiento creativo a partir de algunos desarrollos
acerca de cómo opera la mente a la hora
de diseñar o generar productos originales.
Cuando
preguntamos a personas de diferentes edades qué es la creatividad surgen respuestas tales como:
cuestión
de “inspiración momentánea”;
consecuencia
del conocimiento previo sobre un tema;
patrimonio
de algunas personas especialmente dotadas;
accesible
solamente a las personas muy inteligentes;
condición disponible para quienes tienen mucho arrojo
o son muy intuitivos;
cuestión de todo
o nada …
Dichas
respuestas tienen un algo de razón y un algo de pensamiento vulgar no sostenido
por la investigación Si el lector formulara
la misma pregunta, observará que las
respuestas frecuentemente son
coronadas por el proverbio “Lo que natura non da, Salamanca non presta”. Este refrán es adjudicado
a Miguel de Unamuno (1864 - 1936) quien fuera
rector de la Universidad de Salamanca. El portal virtual Cervantes tiene otra versión, sostiene que el
dicho original fue “Lo que natura no da,
no lo da Salamanca ni Baeza” (universidad española fundada en esa ciudad
en 1533). Este comentario se amplía con otra información sobre el proverbio Idea clave: herencia genética. Estas afirmaciones muestran el peso
concedido desde antaño a la herencia y al conocimiento, ingredientes del
concepto creatividad, que con diferente énfasis
constan en gran parte de los escritos sobre el tema.
Componentes biológicos
El estado actual
del conocimiento sobre el funcionamiento de la mente es objeto de diversos
estudios en el campo de las Neurociencias, disciplina en pleno desarrollo que
nuclea saberes provenientes de ciencias tales como anatomía, embriología,
fisiología, farmacología, psicología,
matemáticas, física, filología y antropología.
Hay
acuerdo general en el medio científico acerca de que la conjunción
mente-cerebro es hogar de un inmenso repositorio de información que incluye
conocimiento semántico (libros y otras fuentes de
información) memoria autobiográfica, (nuestra
experiencia momento a momento) y habilidades
físicas. Esta tríada de componentes
sugiere un perfil idiosincrático: la colección
que cada persona configura en la mente es
única y forma una inédita
biblioteca particular. Esta visión sostiene la individualidad del hecho
creativo: ningún otro ser posee nuestra
personal base de datos.
La
cognición creativa es un fenómeno mental complejo que utiliza amplios circuitos
cerebrales. Los estudios muestran que no
existe un único centro de creatividad en el cerebro. Del mismo modo, no
hay un único centro de la música, aunque se han constatado regiones que realizan operaciones parciales y
otras que coordinan la agrupación de esa información (Carson, 2010).
El
cerebro posee dos hemisferios cerebrales.
Cada hemisferio está formado por 1) la corteza, una capa de 5 cm. que cubre toda la
superficie del hemisferio. 2) una sustancia blanca formada por los axones que
transportan la información que va hacia o sale de la corteza cerebral y 3) un grupo de cuerpos neuronales (somas).
En
el pasado se consideraba que música y
lenguaje ponían en acción idénticos centros neuronales, sin embargo se ha visto
que atender a la estructura de la música
es tarea de los dos hemisferios mientras que atender a la del lenguaje compete al
hemisferio izquierdo. “La formación musical parece tener el efecto de cambiar el procesamiento de la
música del hemisferio derecho
(imaginación) al hemisferio izquierdo (lógico). [Esto sucede] cuando los
músicos aprenden a hablar de música, y tal vez a pensar en ella, en términos
lingüísticos” (Levitin 2006: 125).
Las
técnicas de lectura de imágenes han proporcionado evidencias insospechadas acerca
del funcionamiento cerebral. Hasta la aparición de estas herramientas, el
cerebro podía estudiarse en cadáveres, o recabar información indirecta proveniente
de personas que presentaban lesiones en
algunos de los centros neurales o hacer inferencias funcionales a partir de
determinados comportamientos atípicos.
En
los últimos años se ha estudiado a los
músicos y se han comprobado singularidades como i) cuando leen una partitura se
activan centros cerebrales diferentes a cuando improvisan; ii) la
representación de los dedos en la corteza cerebral de los instrumentistas es
diferente a la de los no músicos; iii) el cuerpo calloso está mucho más
desarrollado que en el resto de las personas. El progreso proveniente de
sofisticados métodos de diagnóstico, no solamente permite estudiar el cerebro
en acción, sino que facilita el análisis
de la contextura de los centros cerebrales en análisis interindividuales. Esto
ha permitido identificar la conformación
neuronal que desarrollan las habilidades puestas en acción por los músicos y
compararla con los no músicos. Puede
considerarse que la lectura de imágenes rompió, entre muchos
otros mitos y conceptos erróneos,
con algunos referidos a la creatividad, la música y el compromiso
cerebral para las diferentes producciones artísticas.
Para
ilustrar el funcionamiento de las áreas cerebrales y su modo de interacción,
es frecuente que se trace una analogía
entre el cerebro y una orquesta
sinfónica en la que los instrumentos se suceden, superponen, se
alternan, etc. Así también la analogía remite a los instrumentos remplazantes
de la orquesta, dado que el cerebro posee una capacidad de reorganización que
se denomina neuro –plasticidad, que permite que después de un trauma o
accidente cerebral funciones importantes
lesionadas se desplacen de un centro a otro.
.
La
integración neuronal que pone en juego la creatividad puede verse al analizar
los centros responsables de las diversas acciones que comprometen el hacer
música.
Por
ejemplo
Tocar un instrumento o dirigir una
orquesta
la corteza
motriz se activa cuando el músico está
actuando; exige la participación de los
lóbulos frontales para la planificación y además de la corteza motriz del
lóbulo parietal que brinda retroalimentación táctil. Entre las regiones
que recluta están el hipocampo (centro de la memoria) y
sub-secciones del lóbulo frontal.
Resolver en el papel una composición o
un arreglo para un conjunto instrumental
la sangre circula
hacia los lóbulos frontales que se
relacionan con la resolución de problemas lógico-matemáticos.
Escuchar música
la activación comienza
por las estructuras sub-corticales, los núcleos cocleares, el tronco cerebral y
el cerebelo. Luego asciende al córtex auditivo y generalmente compromete
regiones adicionales del cerebro.
Zapatear al compás de la música
demanda
la puesta en marcha de los cronometradores del cerebelo.
La audición en tiempo real y la memoria
comprometen
el lóbulo temporal
Comprender los componentes
sintácticos de una obra
se localiza en
los lóbulos frontales de ambos hemisferios en regiones adyacentes y
superpuestas a las del lenguaje.
Comprender los componentes semánticos de la música
se
ubica en el lóbulo temporal
Leer música
es
una función a cargo del lóbulo occipital
Memorizar música
es
tarea del hipocampo, centro de la memoria musical
Finalmente,
nuestra amiga la amígdala, es el corazón del procesamiento emotivo de la
música.
Componentes psicológicos
Una visión compartida por los
psicólogos desde la década del sesenta es que la creatividad implica un modo
particular de usar la mente (Torrance,
1970; Guilford 1967; Csikszentmihalyi,1996).
Según Sternberg y Lubart (1999:3) la
creatividad es “la habilidad para producir trabajos que sean a la vez nuevos (originales
o inesperados) y apropiados (útiles y adaptados a la naturaleza de la tarea)” .
Sternberg
(2003) consideró que hay tres modos de acercarse a la creatividad: i)
aceptar que existen diferentes modos de hacer cosas. En la música bastaría
con proponer el tema de la canción Feliz
Cumpleaños para que tres músicos de jazz improvisen variaciones sobre el tema; ii)
desafiar los modos existentes de hacer cosas. En la música puede pensarse
en lo que generaron compositores como Schoenberg o Cage iii) sintetizar modos ya existentes, de hacer cosas. Las
composiciones de música popular en general no entrañan “revoluciones”
armónicas, formales, melódicas o rítmicas. Son nuevas síntesis de patrones
acuñados por la música de la práctica usual.
Carter
(2009: 168) define la creatividad como
la “habilidad para reconfigurar lo que conocemos, frecuentemente a la luz de
nueva información; [esto permite] generar una
idea o concepto original”.
Según
Williamon y colaboradores (2006:162) en el constructo creatividad confluyen
tres “conceptos diferentes (1)´creatividad´ como componente de la cognición
humana y el funcionamiento psicológico; (2) ´originalidad´ como la probabilidad de que un pensamiento,
comportamiento o producto no haya ocurrido previamente y (3) ´valor´ asignado
por la sociedad como testimonio de
pensamiento, comportamiento o producto”.
Se
ha visto que la música activa áreas cerebrales comprometidas con el prestar
atención, hacer predicciones o recuperar un evento en la memoria (Baker, 2007).
La aseveración precedente es avalada por la práctica, ya que la ejecución
musical demanda
atención sostenida durante toda la interpretación: un momento de distracción origina
olvidos y errores tanto musicales como fallas motrices;
anticipación o predicción de lo que “va a venir”: al
ejecutar una obra tanto de memoria como improvisando, la mente va adelante de
lo que se toca:
recuperación de
información abstracta retenida en la memoria: para un concertista la
ejecución de memoria le permite concentrarse en lo que está ejecutando sin
ocupar su visión en la partitura. Para quien improvisa un giro melódico le
sugiere hacer una “cita” de un tema conocido por la audiencia y con ello
suscitar un interés sostenido por la creación al momento que está generando. En
ambos desempeños se produce un ir y venir entre lo que se está produciendo y la
“biblioteca personal” que el músico tiene alojada en la memoria.
Diversos
autores han tratado el tema de la creatividad atendiendo a los comportamientos que
involucra y así han colaborado para
aislar algunos rasgos característicos (Guilford 1967; Torrance, 1970; Csikszentmihalyi, 1996; Díaz
Gómez, 2007; Malbrán,2007).
Rasgos
del hacer creativo
1)
Compromete formas
del pensamiento constructivo. La mejor muestra es la del músico que
improvisa: ellos lo describen como “mi cabeza va a mil entre lo que ya toqué y
lo que voy a tocar, elaborando las ideas, sacando jugo de un breve giro, entre
otros”.
2)
Demanda pensamiento
crítico, reflexivo e independiente. Los registros narrativos de las personas
creativas dicen olvidarse del contexto y del mundo a la hora de producir ideas;
la mente se obsesiona con el “foco” de lo que están generando y al momento
filtra lo irrelevante, descarta lo que consideran poco pertinente y elige lo
más oportuno.
3)
Se basa en
expectativas e intereses individuales. Cuando una idea se “apersona” en la
mente se erige en una ilusión, un deseo irrefrenable de darle forma, un modo de
auto-representación.
4)
Promueve la
desinhibición. El
momento en que se “externaliza” una idea convincente, sólo importa ponerla en
acción olvidándose del “afuera”-
5)
Potencia la
singularidad. Dar
a conocer la propia creación es una forma de autosuficiencia, seguridad en sí
mismo y ejercicio de la creencia en los propios valores.
6)
Relativiza el
éxito y el fracaso. La
ida y vuelta entre lo que se selecciona y descarta, inhibe la censura sobre las
propias ideas, asumiendo la búsqueda como un paneo de probabilidades. El
descarte no es tomado como fracaso, ayuda a reafirmar el sentido de la
búsqueda.
7)
Suscita placer
por indagar, aprender y “curiosear”. Al momento de crear, el placer inunda
el mundo personal: buscar por una ruta, cambiarla por otra, enriquecerla con una
idea anterior son pasos que generan satisfacción.
8)
Incita a
experimentar y probar cosas nuevas. Lo nuevo se sopesa, se “hurga”, se indaga
como perspectiva, es como una caja de sorpresas que impele a buscar nuevos
itinerarios;
9)
Ayuda a
co-actuar. La
producción creativa en grupos potencia la empatía entre los participantes; una
idea generada por el compañero es una pista para probar un camino no pensado;
10)
Provoca avidez
por avanzar. La
puesta en marcha de una idea cautivante impulsa a no detenerse, ya que en tal
momento el tiempo no existe; es necesario dar forma al nuevo germen y ayudarlo
a salir del mundo interior muchas veces sorprendente para el protagonista;
11)
Genera
autocomplacencia. La
producción personal ocasiona entre otras, placer, aceptación de sí mismo,
aprobación de lo obtenido, confianza en el contenido mental que lo generó.
Los rasgos precedentes dan cuenta de la
cuota de singularidad, regocijo por la tarea, construcción de la identidad,
ejercicio de la mente y autoafirmación que revisten las tareas creativas.
Basándose
en la investigación psicológica y en las Neurociencias, Carson en 2010 presentó
un modelo (CREATES) que conjuga las
perspectivas biológica y psicológica. Propone siete conjuntos cerebrales de
naturaleza psicológica y seis circuitos
operativos biológicos como constructos hipotéticos y patrones cerebrales
“circulantes” en torno a la actividad mental.
Los conjuntos cerebrales son:
ü Conexión, estado de atención que permite ver relaciones
entre objetos o conceptos; se basa en el pensamiento divergente y en la
fluencia ideacional;
ü Razón, estado de planeamiento, de propósito,
característico del “estoy pensando en …” Se basa en el pensamiento convergente,
la investigación sobre establecimiento
de metas, razonamiento abstracto y toma de decisiones.
ü Contemplación, estado que permite visualizar y
manipular información u objetos con “los
ojos de la mente” Utiliza el pensamiento metafórico y encuentra similitudes
entre objetos dispares. Se basa en la investigación sobre imagen mental.
ü Absorción, estado de apertura hacia nuevas
experiencias e ideas. Se basa en la investigación sobre los atributos de la
mente y los rasgos de personalidad abiertos a la experiencia.
ü Transformación, estado mental que permite trocar
energía negativa o insatisfacción en trabajos de arte o performance. Se basa en
investigaciones acerca del estado de ánimo y el encuentro con uno mismo.
Expresa fuertemente lo emocional.
ü Evaluación, estado propio del juicio aguzado; es visto como el ojo crítico de la actividad
mental. Permite hacer juicios, juzgar el valor de las ideas o de los productos
creativos y ayudar a eliminar opciones innecesarias o no pertinentes.
ü Fluencia, estado asociado a la producción
creativa, tal como la improvisación en jazz, la literatura narrativa, el
descubrimiento científico, la improvisación en la actuación teatral, y técnicas
novedosas en neurocirugía. Se caracteriza porque el nivel de desafío se aparea
con la destreza, se basa en el feedback, y en el
interjuego acción – conciencia. Es de naturaleza autotélica, esto es, que
comienza y termina en sí misma, depende de la motivación intrínseca y es una forma
de impulsividad entrenada; también fue señalado por Csikszentmihalyi,
(1998).
Los
seis centros cerebrales se caracterizan por conformar circuitos entre
diversas regiones cerebrales, a la manera de constelaciones de neuronas que
transitan a lo largo del cerebro.
ü El centro ejecutivo es la parte operativa
y el jefe del cerebro ya que las otras regiones cerebrales reportan directa o
indirectamente al centro ejecutivo. Es importante para todos los aspectos de la
creatividad. Funciones: Capacidad de anticipación, planificación, selección de
las respuestas, hallazgo de problemáticas, generación de emprendimientos. Habilita
para pensar a través de los problemas: la mente interrumpe un camino
desacertado e inicia otro, se abre a otras ideas y monitorea la propia
respuesta. Sector geográfico del cerebro interviniente: corteza pre-frontal,
dorso lateral y áreas pre-frontales asociadas;
ü El centro MI se vincula con la autoconciencia, las
emociones y la conciencia de los otros. Permite tomar la perspectiva del otro.
Está activo aun cuando la mente está en descanso. Se lo considera un gerente
mediador que envía información al centro ejecutivo. Sector geográfico del
cerebro interviniente: corteza medio-frontal, medialínea de la corteza parietal
e hipocampo.
ü El centro del juicio compara nuestras
acciones con estándares internalizados de comportamiento. Es evaluador de la
creatividad, actúa como un filtro. Sector geográfico del cerebro interviniente:
corteza lateral órbito frontal, corteza cingulada anterior, y proyecciones a la
corteza dorso lateral pre-frontal.
ü El centro de la recompensa cuando se
activa produce autosatisfacción y euforia por los logros. Función: motivación
creativa anclada a recompensas intrínsecas. Sector geográfico del cerebro
interviniente: nucleus accumbus. Se conecta con el centro MI y otros centros emocionales.
ü El centro del temor o de la
supervivencia; cuando se activa, los procesos de pensamiento están
emocionalmente inhibidos y por ende disminuye la creatividad. Sector geográfico
del cerebro interviniente: amígdala. Recibe información de los centros
sensoriales y de la corteza pre-frontal.
ü Los centros de la asociación, impulsan
información que es demandada por el centro ejecutivo. Integran vista, tacto y
olfato y dan forma a experiencias significativas. Sector geográfico del cerebro:
gyrus angular.
Carsen
considera que el lector puede elegir cuáles de estos estados se relacionan más
íntimamente con su creatividad y que dicha preferencia conforma lo que denomina
“zona de confort mental”. Aconseja como primer
paso afianzarla y luego aventurarse por fuera de la propia zona de confort para explorar diferentes aspectos de la
creatividad y así modificar los propios
estados de activación cerebral.
Los
conjuntos y circuitos cerebrales descriptos resultan de particular interés para
el estudio de la creatividad. En tal sentido, cuando los investigadores
analizaron el cerebro de Einstein comprobaron que el área más desarrollada
respecto de un “cerebro normal” era la de los centros de la asociación.
El
estudio de la creatividad genera más preguntas que respuestas, por lo que
resulta un tema desafiante para diversas disciplinas. Resulta provocativo
concluir con las palabras de Carson “La más importante
ventaja que tenemos para operar en un mundo tan rápidamente cambiante, es
nuestro cerebro creativo”.
Referencias
Baker,
M. (2007).Music moves brain to pay attention, Stanford study finds. http://med.stanford.edu/news_releases/2007/july/music.htmel. Recuperado el 08/09/2011.
Carson,
Sh. (2010). Your creative brain. SF: Harvard University.
Carter,R.
(2009)- The human brain. London:
Dorling Kindersley
Csikszentmihalyi,
M. (1998). Creatividad.
El fluir y la psicología del descubrimiento y la invención. Bs. As.: Paidós Transiciones.
Díaz Gómez, M. y Díaz Riaño,
M. E. (eds.).(2007). Creatividad en Educación
Musical. Santander: Universidad de Cantabria.
Guilford, J. P. (1978). Creatividad
y Educación. Buenos Aires: Paidós
Levitin,
D. (2006).This is your brain on music.
The science of a human obsession. USA:
Penguin Group
Malbrán S. (2007) Teoría Musical y Psicología de la Música. En M.
Díaz Gómez y
M.
E. Riaño. (eds.) Creatividad en Educación
Musical. Santander: Universidad de Cantabria.
Sternberg,
Robert J y Lubart,T.I. (1999). The concept of creativity: Prospects and
paradigms. En R. Sternberg (Ed.), Handbook
of creativity (pp.3-15). Cambridge UK: Cambridge University Press
Sternberg,
Robert J.; Grigorenko, Elena L., eds. (2003). The Psychology of Abilities, Competencies, and Expertise. Cambridge: Cambridge University Press.
Torrance, E. P. y Myers, R. (1970). La Enseñanza Creativa.
Madrid
Williamon,A., Thompson, S., Lisboan, T. y Wiffen, Ch.
(2006). Creativity, originality and value in music performance. En I. Deliege y
G. Wiggins. Musical Creativity.
Multidisciplinary Research in Theory and Practice. USA:Psychology Press.
No hay comentarios:
Publicar un comentario